sábado, 1 de mayo de 2010

LA EDUCACION SIN ESCUELAS


El optimismo pedagógico y la confianza depositada en la escuela comienza a desmoronarse en la segunda mitad del s XX. Ante este, han aparecido alternativas contraescolares.

La corrientes desescolarizante, un movimiento encabezado por Iván Illich, pensador y crítico cultural austriaco. Postula que la noción de progreso sin fin que prometían las instituciones modernas tiene un límite, y la escuela no puede resolver la contradicción de formar a las futuras generaciones en una tecnología y en un progreso al que no todos tendrán posibilidades efectivas de acceder. Por ello, propone liberar la educación de la escuela, de manera que la gente pueda aprender la verdad acerca de la sociedad en la que vive.

Las ideas pregonadas por el movimiento de Illich critican que la educación, tal como se institucionaliza en los países periféricos, no es sino una forma mas de dominación.



LA ESCUELA LIBERADORA

En la línea de los cuestionamientos y las críticas, se inscriben los trabajos del importante pedagogo brasileño Paulo Freire (1921-1997). Freire no propone una no-pedagogía, sino una posibilidad de redescubrirse y de concretizarse, Se pretende como un método de aprendizaje, para que las personas aprendan a ejercer su libertad y a practicarla.

Freire entiende que los procesos educativos se asemejan a las relaciones bancarias en las cuales alguien deposita algo en otro, sin ningún tipo de interrelación entre ambos.

Presenta un modelo educativo diametralmente opuesto a la concepción bancaria. Formula la dialogicidad como la esencia de una educación que pueda favorecer a la práctica de la libertad.

La pedagogía freireana es, una escuela de vida, porque propone que los procesos formativos no se separen de la realidad misma donde las personas se desenvuelven y actúan.



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